Los alimentos congelados y los niños
Hace unos días leía una nota, sobre las preocupaciones de los padres respecto a la alimentación de los más pequeños.
La nota se centraba puntualmente sobre los alimentos congelados y los niños. Y no miento si les digo que me recordó algunas experiencias ya pasadas.
El Pequeño Gourmet, Canal Gourmet
Hace tiempo ya, tuve ocasión de conducir de manera semanal un programa en el Canal Gourmet como una orientación para las madres que quieren educar a sus hijos en una perspectiva gourmand, sin olvidarse de los aspectos nutricionales de los alimentos. El programa era un juego para crecer sabiendo sobre los sabores y sobre todo facilitar que los niños comieran alimentos, a los que les escapan.
Rescato, algunos puntos de la nota inspiradora:
- Los pequeños parecen aceptar mejor determinados congelados que los frescos. Nos estamos refiriendo, por ejemplo, al pescado, que se presenta ya sin piel y sin espinas.
- Los alimentos congelados, que generalmente van acompañados de normas y procedimientos sanitarios, consiguen mantener las propiedades nutritivas que tenían siendo frescos perfectamente. Incluso hay estudios que indican que algunos alimentos que se hayan congelado de la forma correcta mantienen mejor sus propiedades que los frescos que llevan varios días desde su recolección esperando llegar a su consumidor.
- Es más algunos productos necesitan ser congelados para poder evitar enfermedades, por ejemplo que el niño pueda sufrir anisakiasis. Este sería el caso del pescado que no puede tomarse crudo sin antes haberlo congelado para “matar” los parásitos que provocan esa afección.
- A la hora de comprar congelados, hay que hacerlo con empresas que garanticen confianza y procedimientos de calidad certificados, hay que fijarse en que el envase no esté roto, presente escarcha o sus productos se encuentren apelmazados pues eso indicaría que se ha roto la cadena de frío.
- Es vital fijarse en la fecha de caducidad que tienen los congelados, para poder consumirlos antes de la misma.
Juguería Saranga, Villa Gessel
Mi segundo emprendimiento luego de vender milanesas por las obras de la zona oeste de Buenos Aires, fue una juguería de verano en el balneario de Villa Gesell.
Durante 5 años fue la juguería más popular del balneario, con la eficiencia de vender más de 1000 licuados por día, con herramientas primitivas y procesos de jóvenes veinteañeros.
Que diferente hubiera sido, con la amplitud de ofertas de frutas y verduras congeladas que hoy el mercado gastronómico pone a nuestra disposición.
Estoy convencido, que hoy Saranga, tendría mayor oferta gastronómica, mejores procesos, más eficiencia, mayor trazabilidad y garantía de producto.
Hoy con Pedro, mi cuarto hijo que va para tres meses y medio, lo tengo mucho claro, alimento fresco versus congelados:
- Con la ultra congelación permiten que las propiedades se mantienen prácticamente intactas.
- Prácticamente no tienen diferencias en los contenidos de vitaminas con los alimentos frescos. E incluso cuando hay diferencias significativas estás son a favor del producto congelado.
- Reducen el desperdicio alimentario y son medioambientalmente sostenibles.
- Con el producto congelado a la Eficiencia añadimos calidad y procesos garantizados.
Los dejo, que ya estoy en Sao Paulo, para la próxima Fispal, en la búsqueda de más Eficiencia Gastronómica, de la mano del Producto, las Herramientas y los Procesos gastronómicos que se vienen.
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