DISFRUTANDO DE LA GASTRONOMÍA
ALEGRIA PASION
No hagas lo que no te gusta, NUNCA.
Que tu elección sea un placer.
Hace más de 23 años cuando comencé en esta profesión me AUTOEXIGI pasarla bien.
Mis colegas de esa época, muchos no habían elegido la profesión sino que era causa de lo que les había tocado en la vida.
El calor, las largas jornadas de trabajo, horas de estar parado, cuando el común de los mortales se divertía a nosotros nos tocaba trabajar, no poder ir a las reuniones de familia, no poder festejar los cumpleaños.
En Fin toda una problemática de esos comienzos que se resolvieron con una y única PREMISA: VOY A DISFRUTAR DE LA GASTRONOMÍA.
Y allí comencé vendiendo milanesas… pero arriba de una bicicleta armada por mí (por esos tiempos era mi segunda pasión). Compraba las milanesas en Liniers, de cuadrada, ya que eran las mejor para parametrizar. En esa época mi obsesión por tener todas milanesas iguales a un costo uniforme para que mi rentabilidad fuera previsible y mis clientes (albañiles de las obras en construcción) supieran que todos los días recibirían la misma calidad y porcionamiento.
Esta fue la eficiencia de los comienzos.
Luego llego la juguería donde auditábamos al proveedor de naranjas exprimiendo 1 kg de naranjas frente a él y controlando el rendimiento de la cantidad de jugo. Esta eficiencia se traducía en rendimiento económico que nos permitía luego viajar todo el año con mi amigo Agustín, o pagar mis estudios en BUE TRAINERS.
Pero no todo era sistematización… mucha arena, playa, salsa, mucha diversión y la alegría de hacer gastronomía consciente.
Luego trabaje para restaurantes y allí fue disfrutar trabajando de empleado, siendo eficiente en los objetivos trazados por terceros.
Un gran desafío luego de venir trabajando para vos mismos. Allí la alegría del desafío consistía en mejorar y superar los objetivos de los jefes. Más rendimiento, más calidad, innovación.
Y Un día la Alegría se acabó, porque los jefes empezaron a tener límites. Y cuando un ser humano tiene límites, todo se vuelve monótono.
Alli llego la conducción de mi pequeño gran restaurante Platon, 32 metros cuadrados de salón-cocina donde mi Amor a la tecnología llegó de la mano de un Horno Alemán Rational de 6 bandejas. Fueron 14 años de cambiar paradigmas, porcionar, parametrizar, escuchar dia a día el gusto de la gente. Alimentar por día a mas de 500 personas. La eficiencia de todos los ratios de control de un restaurante. Fue el restaurante EFICIENTE que me permitió aprender y ayudar a mis asesorados. El corazón gastronómico, sensible, y eficiente esta allí: PLATON
En 14 años desarrollamos procesos, cada tres años cambiábamos, producto de la evolución del día a día y del mercado. Fueron años de alegría y de pasión. De disfrutar de la eterna creación que te da esta profesión.
Es una profesión y una elección difícil la gastronomía, la forma que encontré de pasarla cada vez mejor es en una gastronomía consciente, ordenada, parametrizada, con tecnología que nos aliviana tareas que antes eran fastidiosas y eternas.
Hace muchos años en el subsuelo del Plaza Hotel de Buenos Aires picaba kilos de cebolla brunoise para el Saucier. Hoy me valgo de la tecnología de un Robocoup y destino mi tiempo a investigar y mejorar mejores recetas.
Hoy la alegría continua, con fracasos, con tristezas, con tropiezos. La gastronomía es eso.
Por estos días mi alegría pasa por compartir todo lo aprendido hasta aquí con los restaurantes, cocineros, cadenas de alimentación.
Cuando uno comparte el conocimiento y la alegría, ambos crecen y se multiplican dentro de uno…
Los dejo que me voy a comprar girgolas a Carlos Keen.
Valoración
- Contenido - 9/109/10